La
concepción de libertad como base de nuestra sociedad actual es totalmente
equívoca, y es que nuestra sociedad se encuentra totalmente manipulada,
manejada y dirigida por unos pocos, que albergan el poder de manejar nuestras
vidas y manipular nuestros comportamientos.
Para
que nuestra sociedad pudiese ser denominada "libre", sería necesario
que los individuos estuvieran capacitados para analizar
una información crítica y racionalmente, y tuviesen garantizado
el acceso a un conocimiento veraz y transparente.
Noam
Chomsky, filósofo, activista, escritor y uno de los más importantes lingüistas
del siglo XX desveló, junto con las aportaciones de Sylvain Timsit, las
estrategias de la manipulación mediática. Concretamente
hace referencia a diez formas básicas a través de las cuales los
medios de comunicación consiguen manipular y engañar a la sociedad,
desconocedora de la realidad.
1.
Distraer al público de los
verdaderos y alarmantes problemas de la sociedad mediante informaciones
absurdas e insignificantes.
2.
Crear voluntariamente problemas para causar
determinadas reacciones a los individuos.
3.
Aplicación gradual de las medidas que la sociedad considera inaceptables para ir consiguiendo la
adaptación social.
4.
Diferir las decisiones impopulares para que la sociedad se acostumbre y acepte el cambio.
5.
Considerar a la sociedad como una masa infantil, inmadura y débil.
6.
Utilizar aspectos emocionales para
calar más profundamente en los individuos y poder implantar ideas, deseos,
miedos o comportamientos en ellos.
7.
Convertir al público en personas incompetentes e incultas, sumiéndoles en la ineptitud
y la ignorancia.
8.
Promover la
idea de que la ignorancia y la vulgaridad es una
moda.
9.
Fomentar el
pensamiento de autoculpabilidad en el individuo para conseguir un
estado depresivo y eludir a la revolución y las protestas
10.
Conocer a los individuos mejor de lo que
ellos mismos se conocen, consiguiendo ejercer un mayor control y poder sobre la
sociedad.
Es
imprescindible conocer la realidad desde un punto de vista imparcial,
transparente y veraz, pero está claro eso no forma parte de los objetivos de
políticos y medios, y que, aun viviendo en la era de la comunicación la sociedad sigue siendo tratada como una
masa atomizada capaz de ser persuadida bajo multitud de estímulos irracionales.
Posiblemente,
aquellos que están al mando de los medios de comunicación deberían comenzar a cuestionarse ciertos
dilemas éticos y profesionales.
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