Las redes sociales están cada vez más supeditadas a
nuestras vidas, encarnando un papel fundamental dentro de ellas.
Cada vez son más las personas que hacen uso de estas
herramientas, existentes desde los inicios de internet, pero que han formado
parte de una nueva revolución tecnológica a partir de la creación de la
plataforma de la web 2.0.
Desde ese momento, el análisis de redes sociales se ha
convertido en uno de los focos en que se han centrado numerosas investigaciones
desde las distintas disciplinas de las Ciencias Sociales, que han adoptado un
enfoque analítico a través del cual se infiere a una serie de principios
teóricos sobre la influencia y los efectos de las redes sociales sobre el
individuo y en su conjunto con la sociedad.
Es evidente que en el campo de la educación, este
fenómeno social no ha podido mantenerse ajeno. Esta complementación de las
nuevas tecnologías en el sistema educativo crea nuevas posibilidades y
facilidades a los estudiantes, pero son muchos los inconvenientes que se
generan si no se hace un buen uso de ellas.
Los riesgos son citados innumerablemente por expertos
en los medios de comunicación, por lo que, aunque no es necesario reincidir en
ellos, sí es conveniente citarlos para tener plena consciencia de ellos. Por
ello, cabe destacar que las redes sociales pueden desembocar en la adicción y el
abuso de éstas, la disminución de la concentración y la productividad de las
actividades, la falta de convivencia familiar, la ausencia de privacidad...
Pero a pesar de esto, presenta claras ventajas sobre
la educación, ya que permite aportar documentación y enlaces al instante, dar
cabida a una fácil comunicación y estimular la participación e interacción de
los individuos en material educativo, permitiendo el desarrollo de
conocimientos y habilidades nuevas.
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